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10 AÑOS MÁS JOVEN

A partir de los 35 años empezamos a notar en la piel los primeros signos del paso del tiempo.

10 AÑOS MÁS JOVEN

Guerra a las arrugas con tratamientos en casa

A partir de los 35 años empezamos a notar en la piel los primeros signos del paso del tiempo.

Además de experiencia, la edad nos trae ciertos cambios que tal vez no nos gustan tanto: aparecen las primeras arrugas y una leve flaccidez. Esto ocurre porque la piel va perdiendo el colágeno que forma parte de su estructura,  y más allá de tratamientos milagrosos que prometen muchas publicidades, nosotros buscamos soluciones accesibles −pero no por eso menos efectivas− que se pueden realizar en casa.

Tratamientos: peeling mecánico

La piel se renueva cada 28 días en forma natural, pero este proceso se hace cada vez más lento con el paso de los años. Eliminar las células muertas y limpiar los poros obstruidos ayuda a lucir una piel mucho más luminosa. ¿Cómo se hace? En el mercado hay productos exfoliantes que dan muy buen resultado, pero también se pueden preparar en forma casera. Para ello, mezclar una cucharada de azúcar con dos cucharadas de crema de manos.

Para exfoliar la piel del rostro, aplicar una porción de esta pasta y masajear con movimientos circulares en la zona de la frente, mejillas, nariz y mentón. Hay que evitar las zonas sensibles de alrededor de los ojos, las aletas de la nariz y los labios. Enjuagar con agua tibia y secar sin refregar. Los resultados son increíbles, ya que la piel lucirá mucho más lozana, limpia y fresca; luego, aplicar la crema nutritiva que se usa en forma habitual. Este tratamiento de exfoliación también se puede realizar cada tres semanas, incluso en brazos, piernas, talones y escote.

Peeling químico

Otro recurso para mejorar la piel es el peeling químico; a diferencia del anterior, produce una exfoliación más profunda por acción de un ácido. Para ello se usa un producto que todos tenemos en casa: la aspirina o ácido salicílico. La receta es simple: hay que triturar cinco aspirinas y mezclarlas con una cucharada de miel y otra de yogur. Lavar el rostro con agua tibia y secarlo muy bien; aplicar la pasta evitando el contorno de los ojos y dejar actuar 20 minutos. Enjuagar con agua fría, secar sin refregar y aplicar una crema hidratante.

Recomendaciones: lo ideal es hacer este tratamiento por la noche, antes de acostarse, ya que la piel puede quedar sensible. Al día siguiente, en lo posible, evitar el sol o aplicarse un protector de factor 15 o más. Este tratamiento se puede repetir dos veces al mes y también es efectivo en codos, axilas, rodillas y zonas con manchas; evitar el contacto con verrugas, lunares y manchas de nacimiento.

Vitamina A

Esta sustancia ayuda a combatir las imperfecciones del rostro como arrugas finas, manchas y arañitas, favorece la renovación celular y combate el envejecimiento de la piel. Su uso excesivo puede producir ardor o sequedad y enrojecimiento en las pieles muy sensibles; por eso, lo ideal es visitar al dermatólogo para que indique la concentración necesaria según el tipo de piel y la edad. Nuestra farmacia de confianza puede prepararnos una crema con la dosis exacta recomendada por el especialista.

La buena noticia es que entre las ocho y las doce semanas ya se ven los resultados y se puede aplicar en cualquier zona del cuerpo. Lo importante es comenzar a usarlo en forma gradual y aumentar la dosis progresivamente, para evitar alergia o sensibilidad. No hay que olvidar el uso de protector solar los días después de haberse aplicado el producto. Hay alimentos que contienen vitamina A que pueden ayudar al organismo desde adentro hacia afuera en el proceso de retrasar el envejecimiento: hígado, zanahoria, manteca, margarina, huevo, espinaca y berro.

Ejercicios de lifting facial

El masaje o los ejercicios faciales pueden ayudar a mantener tonificada la piel del rostro y el cuello, reducir líneas finas de expresión y combatir la flaccidez. Esto se logra porque al estimular la circulación sanguínea se favorece la producción de colágeno y elastina. Solo es necesario dedicarle cuatro o cinco minutos al día.

Frente:

1. Colocar el dedo índice de la mano izquierda tres centímetros por encima de la ceja izquierda; el pulgar se ubica debajo del pómulo. Hacer lo mismo con la mano derecha, para formar una especie de rectángulo que enmarca el rostro.

2. Levantar las cejas abriendo bien los ojos y mantener durante dos segundos. Relajar haciendo pequeños toquecitos en la frente. Repetir cuatro veces.




Entrecejo:

1. Poner los dedos mayores en el entrecejo aplicando una ligera presión. Los índices van en el extremo exterior de los ojos formando una “V”.

2. Mirar hacia abajo “haciendo fuerza” con los ojos. Repetir seis veces y luego dejar los ojos cerrados mientras se cuenta lentamente hasta diez. Relajar los párpados con un golpeteo suave.




Boca:

 1. Apretar y relajar los labios haciendo siete movimientos como si mandaras un beso.



Cuello:

1. Poner la mano sobre la frente y presionar la cabeza contra ella sin dejar que avance, durante diez segundos. Hay que sentir que los músculos del cuello se tensan. Relajar otros diez segundos y repetir dos veces más.

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