Destacado

Silvina Escudero

Dedicada hoy a sus dos pasiones, la danza y los animales, se reconoce generadora de proyectos.

Silvina Escudero

“No concibo la vida sin animales”

Dedicada hoy a sus dos pasiones, la danza y los animales, se reconoce generadora de proyectos.

Tres años tenía Silvina Escudero y cinco su hermana Vanina cuando empezaron a estudiar baile, y era todo disfrute. A medida que crecieron, la oferta de trabajo fue en aumento y también implicó resignar otras opciones: “Tenía shows a la 1 de la mañana y a las 6 me tenía que levantar para entrar a la facultad”, recuerda sobre su paso por la carrera de Medicina Veterinaria, que le gustaría retomar en algún momento.

La Silvina que se sienta, cómoda y segura, a comer una ensalada y repasar su historia, no es, dice, la misma que hace tres años, cuando, a pesar de las propuestas, optó por alejarse de la televisión y resguardarse en sus afectos. Le costó, reconoce, manejar la exposición mediática, y necesitó un tiempo para recuperar su privacidad y templar su carácter.

¿Cuándo te diste cuenta de que la danza era más que un pasatiempo?

Nunca paré de bailar, en realidad. No sé cómo hubiese sido mi vida sin el baile. Siempre fue algo que estudié y que me apasionó. Cuando estaba en primer año, nos contrataron para hacer las coreografías de los desfiles de (Roberto) Giordano. Viajábamos por el interior los fines de semana. De repente, se transformó en un trabajo. Tampoco es que a esa edad necesitábamos la plata. Fue natural, nunca lo buscamos.

¿En qué momento decidiste dedicarte tiempo completo al baile?

Quedé en una audición en 2007 para la revista de Carmen Barbieri. Era un chino seguir con los finales de la facultad, porque requería irnos cinco meses a Mar Del Plata. Éramos cientos de chicas y Santiago Bal me aparta y me dice: “Disculpame, nena, ¿vos sabés cantar y actuar también? Postulate para ser figura. Vos tenés algo más, vos sobresalís”. Obviamente, mi fuerte es el baile, pero estudié todo lo que tiene que ver con el arte: canto, acrobacia, actuación, piano, guitarra. Siempre digo que son mis padrinos artísticos, porque yo fui a miles de audiciones. Había trabajado con Repetto, con Maradona, haciendo temporada de revista. Hasta hace cuatro años dormía cinco horas por día, era una obsesiva del trabajo, casi al límite de ser una patología. Es grave, porque pasa a ser tu prioridad. Hice terapia para poder salir de ese lugar.

¿Qué balance hacés de tu paso por Showmatch y después de haber sido ganadora de El musical de tus sueños?

Muchísimos. Pude llegar a la casa de las personas con lo que siempre amé hacer. Eso es invaluable. Para un bailarín, estar en Showmatch es su casa. Después, como te metés en la casa de la gente para que vean tu arte, también se meten en la tuya para ver toda tu vida; más al principio, cuando uno no sabe bien manejar las cosas. Ya se te hace normal tener una cámara las 24 horas, que hablen de tu vida como si fuese una telenovela, que digan adjetivos completamente crueles hacia uno. Eso tiene un costo muy alto, por el cual empecé terapia, y me costó años poder ver que eso no era normal o que no es lo que hoy elijo.

¿Por eso decidiste bajar el perfil?

Totalmente. Fue una decisión importante y consensuada con mi terapeuta; armada y fundamentada. Fue otra manera para los periodistas, porque venían a hacer notas y a tratar de encontrar una Silvina que ya no estaba. También tiene que ver con que pasé los 30 y uno crece de otra manera.

¿Fue ahí cuando te empezaste a mostrar más natural, sin tanta producción?

Todo viene de la mano. Para mí, antes, era posar o querer mostrar una vida que no era del todo así, y peor, porque los efectos eran contrarios. Hoy no me importa sacarme fotos con o sin los anteojos. Vivo a cara lavada, con zapatillas. Soy, bailarina, actriz, profesora de danza; y también soy una persona que se despierta a veces con el pelo parado, que levanta las necesidades de su perro, que tiene que hacer la comida porque viene su novio a comer. Yo era y sigo siendo muy feliz con lo que hago, pero empecé a priorizar otras cosas.

¿Por qué decidieron abrir el Estudio de danzas Hermanas Escudero?

Hace mucho tiempo me habían ofrecido a mí hacer una escuela de danzas y yo no tenía tiempo. Cuando se acerca la decisión de no estar siempre expuesta pero sí de seguir trabajando en esto, dijimos: “Es el momento de brindar lo que toda la vida estudiamos y sin necesitar que sepan a qué hora me despierto”. Así empezó todo este proyecto, que es –lejos− mi mayor logro profesional.Es un lujo esa escuela. Tratamos de darles a los alumnos todo lo que nosotras aprendimos y todo lo que hemos necesitado en nuestros estudios y que en ese momento no había.

No sé cómo hubiese sido mi vida sin el baile

¿Se complementan con Vanina?

Al principio nos preguntamos si íbamos a poder sostener el laburar juntas. La verdad que, sin tener que hablarlo, cada una se acomodó en un lugar. Somos nosotras dos solas, armando la grilla horaria, decidiendo a quién contratar, los seminarios. Estamos empezando nuestro cuarto año.

¿Qué aporta la danza?

s una manera de vivir. A mí, el baile me enseñó mucho. A nosotras nadie nos regaló nada. Cuando éramos chicas, capaz se fomentaba la competencia entre bailarines. Hoy les decimos: “cada uno a su tiempo. Si me concentro en mirar el camino del otro, lo único que hago es ver cómo avanza y me voy quedando”. Yo tengo que seguir y darle la mano al otro para avanzar. Así vivimos la danza Vanina y yo, lo aplicamos a la vida y se lo enseñamos a los alumnos. Que no quedes en una audición no significa que seas mala bailarina, es que ese papel no era para vos y hay otro mejor esperándote. Si algo no te sucedió, es porque otra cosa te espera.

Un perro es una vida de la que te tenés que hacer cargo para siempre, es un miembro más de tu familia.

¿Qué proyectos laborales tenés para este año?

Puede ser que esté en el Bailando. Sigo también con la radio (Show Attack, por Radio Uno) y estoy con mi aplicación Perromaníacos. Te enseña todo lo que necesitás saber de los perros (desde cómo educarlos, cómo hacer si tenés más de uno, cuáles son los nuevos accesorios), hay una sección que es “Perdidos y encontrados” y videos donde yo explico cosas. Un perro es una vida de la que te tenés que hacer cargo para siempre, es un miembro más de tu familia.

¿Tenés tres perros y un gato?

En mi casa sí. Mi perra Gitana quedó en lo de mi mamá, porque estaba cómoda ahí. La levanté en Carlos Paz hace 14 años. Ahí también están Matilda y Luca, dos gatos que levanté de la calle. Cuando me fui, no me podía llevar a todos a un departamento, iba a ser súper egoísta, así que me armé otra manada: Mulata, que iba a todos lados conmigo, hasta que desde hace dos años tengo a Titán; África me la regaló una fan, porque nunca había tenido un gato de raza; y Branca, que es la perra de mi novio. Son los míos y los tuyos, faltan los nuestros.

¿Qué lugar ocupan los animales en tu vida?

No concibo la vida sin animales. Si se te cae algo al piso, ¿quién lo levanta? ¿No te vienen a recibir tus animales cuando llegás a tu casa? Lo único que puedo entender es si no tenés el tiempo para dedicarte. Una temporada, Braco, mi perro que ya no está, tenía cáncer. Yo estaba haciendo el Bailando y el veterinario me dijo que tenía dos meses de vida. Lo llevé a todos los especialistas que había en el país. Vivió un año más, pero ese verano me habían contratado para hacer teatro y decidí no hacer temporada. Fui jurado del Soñando por bailar y me quedé en Buenos Aires para estar con él. Ahí tenés la respuesta del lugar que ocupan.

Antes era querer mostrar una vida que no era del todo así. Hoy ya no me importa eso.

 

¿Estás de acuerdo con no comprar, sino rescatar?

Todo lo que sea para ayudar a otra vida, estoy a favor. Soy madrina de FUNDACO (Fundación para la Defensa y Control del Animal), donde rescatan y esterilizan. Además, estoy en contacto con todas las organizaciones que figuran en la aplicación para todo el que quiera donar. Soy también muy de hacerlo yo: lo agarro, lo curo, lo castro y lo pongo en adopción.

¿Te ves formando una familia?

Sí. Me da miedo. Me gustaría mucho casarme.

¿Hay planes de casamiento?

Eso habría que preguntárselo a Fede. Por ahora, yo tengo mi casa, él tiene la suya, pero básicamente estamos siempre en uno o en otro lugar. Estoy esperando su propuesta. Obvio que es algo que hablamos, pero uno de mis sueños es que venga con el anillo y me proponga casamiento.

¿Sos muy amiguera?

Soy muy leal en mis relaciones. Si sos mi amigo, soy tu soldado, estoy al lado tuyo para lo que quieras.

¿y esperás lo mismo?

Antes, y me frustraba mucho. Me di cuenta de que a mí me gusta amar así.

seguí leyendo: Destacado