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Diego Reinhold

Hace casi tres años abrió el Hogar Mariposa, donde se alojan bebés y chicos judicializados.

Diego Reinhold

“Quiero que los niños logren empoderarse”

Hace casi tres años abrió el Hogar Mariposa, donde se alojan bebés y chicos judicializados.

Diego Reinhold no es solo el actor y humorista que ganó el Martín Fierro Revelación, el Konex de Platino o el Carlos de Oro, entre otros premios. Es también el que hace funciones a beneficio o quien lleva a los chicos del Hogar Mariposa –una casa para niños de hasta cinco años– al teatro, a la plaza, o quien los aplaude fuerte cuando participan en los actos escolares. “Siempre sentí que había que sostener a los otros para hacer incluso mejor la vida de uno, hasta con un sentido egoísta, te diría. Involucrarse en la ayuda social es un privilegio, me puedo dar el lujo de ayudar y mi parte es la más linda”.

Sencillamente conectado. Hace cinco años, conoció a los integrantes de Conceptos Sencillos, una asociación civil que viene trabajando desde 2004 en distintos proyectos con niñez y la restitución de sus derechos. “Vi lo que hacían y me enganché, pude aportar un montón porque adquirí mucha popularidad a partir de un programa de televisión (Bailando por un sueño)”, cuenta. Ahora es miembro de la comisión directiva y está orgulloso de que hace casi tres años pudieran abrir las puertas de Hogar Mariposa, una casa para alojar transitoriamente a doce criaturas bajo la tutela de la justicia, que esperan volver a vincularse con sus familias de origen o que se les otorgue condiciones de adoptabilidad para iniciar el camino que comienza con las guardas provisorias hasta encontrar un hogar definitivo. Mediante un convenio suscripto con la Dirección de Niñez del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, reciben una beca por día por cada niño. Eso implica un monto fijo igual para todos, pero en el hogar hay niños con afecciones para las que se necesita un monto semanal, solo para comprar los medicamentos. “La realidad es que con los recursos municipales apenas podemos cubrir parte del sueldo de los doce empleados. Estamos muy por abajo del dinero que necesesitamos cada mes, dinero que tenemos que salir a buscar: hacemos funciones de stand-up a beneficio, rifas, y nos ayudan las donaciones privadas esporádicas y padrinazgos de aporte mensual”, explica. Si bien su popularidad facilita el acceso a los lugares para armar una función a beneficio y algunos de sus colegas se suman a esos eventos solidarios, se hace cada vez más complicado seguir sosteniendo la calidad de vida de los niños. “Ahora ya estoy más acostumbrado y sé que de alguna manera siempre vamos consiguiendo lo que necesitamos. Y también estoy tranquilo con mi alma, porque si alguna vez no llegáramos, habremos hecho todo lo que pudimos”.

Transmutar

Las mariposas cumplen el proceso completo de metamorfosis. De un huevo, pasan a ser orugas, luego crisálidas y después triunfantes aladas de colores. Ese camino de crecimiento y de transformación positiva es el que se proponen en el hogar al que llamaron Mariposa. Con cada niño se da un vínculo fuerte, cercano y amoroso; se van tejiendo lazos de amor y redes de contención. “Yo me relaciono más con los que ya caminan, los llevo al teatro y a la plaza, voy a verlos en los actos del colegio, los llevo a sus terapias”. La meta siempre es que egresen del hogar y, cuando eso sucede, hay sentimientos encontrados. “Cuando alguno se va, es durísimo, a veces sentís que se va una parte tuya, pero también es una alegría”.

Reinhold reconoce que cambió “ciertas percepciones del mundo de los olvidados”; una, por ejemplo, es que desde afuera se ven a las leyes que regulan el proceso de adopción como algo arcaico, que debería cambiarse y que se resume con la frase: “No puede ser que con tanta gente que quiere y tantos chicos que hay…”, pero desde adentro, dice él, ya no se piensa así, sino que se empiezan a entender las sutilezas y complejidades de los casos. “No es tan simple como agarrar un chico y dárselo a una familia que lo quiere tener, a su vez te das cuenta de lo complejos que son los procesos judiciales”.

¿Elegir trabajar en lo social con y para niños tendrá que ver con su propia infancia, en la que, según él contó, hubo episodios de violencia intrafamiliar y algún abuso? “Puede ser, pero es de un modo inconsciente. En todo caso, a partir de este trabajo, mi pasado se ha transformado en algo más comprensible, más entendible; creo que, al menos en parte, el pasado se puede modificar”, celebra. Él tiene claro lo que desea que se lleven los chicos que pasan por el hogar: “Quiero que los niños logren empoderarse, que sepan que pueden gobernar, gobernarse, ni más ni menos que eso”.

Para saber más

Hogar Mariposa quiere seguir creciendo para lograr dispositivos que ayuden a toda la población infantil y adolescente fuera del sistema. Se pueden hacer donaciones entrando a:

www.conceptossencillos.com.ar/donar/

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